El dolor abdominal es, junto con la inflamación, el motivo principal por el que los pacientes acuden a mi
consulta.
Algunos de ellos se muestran confusos, ya que aseguran llevar una dieta equilibrada y realizar
ejercicio con frecuencia.
Otros, confiesan tener un amplio margen de mejora en muchos aspectos de su
día a día.
El dolor abdominal es un síntoma común que puede tener diversas causas y, cómo ya sabes, en medicina no existe 1+1=2. Cada caso debe ser estudiado de manera independiente por un profesional.
Esta situación puede ser el resultado de problemas gastrointestinales, como el estreñimiento o la colitis
ulcerosa, así como de enfermedades de los órganos digestivos, como los cálculos biliares o la apendicitis. También puede ser una manifestación de enfermedades inflamatorias intestinales, como la
enfermedad de Crohn, o de un sobrecrecimiento bacteriano en el Intestino Delgado (SIBO). No te preocupes, los profesionales estudiamos en profundidad un conjunto de factores para poder distinguir el origen y, de esta forma, el plan de tratamiento más eficaz. ¡Confía!
Como profesional de la Medicina, me apasiona y considero muy interesante cómo cada individuo puede
sentir diferentes síntomas para, por ejemplo, el dolor abdominal: malestar estomacal, acumulación
excesiva de gases, diarrea, vómitos persistentes y presencia de sangre en las heces.
El tratamiento y la prevención del dolor abdominal varían según la causa subyacente, y es importante
buscar atención médica si el dolor es intenso.
El dolor abdominal puede ser causado por alteraciones gastrointestinales como el estreñimiento, que
ocurre cuando los movimientos intestinales son poco frecuentes o el organismo encuentra dificultades
para poder llevarlos a cabo. Esto puede provocar distensión abdominal y malestar estomacal. Me atrevería a decir que todo el mundo ha pasado en algún momento por esta situación, así que entiendes perfectamente a qué me refiero.
Por otro lado, la colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria intestinal que afecta principalmente al colon y al recto y, además de dolor abdominal, puede causar diarrea sangrienta y urgencia para evacuar. Sin duda es una circunstancia que afecta negativamente la calidad de vida de cualquier persona, por lo que deberías acudir a un profesional lo antes posible.
Los cálculos biliares no son tan conocidos (afortunadamente). Son depósitos duros que se forman en la vesícula biliar y pueden obstruir los conductos biliares, lo que causa un dolor abdominal intenso, especialmente después de comer alimentos demasiado grasos.
Los conductos biliares son un conjunto de tubitos que conectan hígado-vesícula biliar-intestino delgado y ayudan a transportar la bilis. ¿Sabes cuál es la función de la bilis? Descomponer las grasas durante la digestión. Seguro que ahora puedes visualizar e imaginarte el dolor que suponen los cálculos biliares.
Por otro lado, la apendicitis (mucho más conocida) es la inflamación del apéndice, un pequeño órgano ubicado en el lado derecho del abdomen. El dolor abdominal asociado con la apendicitis comienza en el área del ombligo y luego se desplaza hacia el lado inferior derecho del abdomen.
La enfermedad de Crohn es una enfermedad crónica que causa inflamación en cualquier parte del
tracto digestivo, desde la boca hasta el ano. Esta condición puede causar dolor abdominal, diarrea
crónica, pérdida de peso y fatiga. Los síntomas pueden ser intermitentes y pueden variar en intensidad.
Si conoces mi trayectoria, sabrás que soy médico especialista en SIBO y en microbiota intestinal y, por
lo tanto, si crees que padeces sobrecrecimiento bacteriano, puedo ayudarte con un plan de tratamiento
personalizado y natural.
El SIBO puede manifestarse de diferentes formas y puede tener diferentes orígenes.
Podemos afirmar que la distensión o inflamación abdominal es el síntoma más común, seguido del
estreñimiento, dolor abdominal, gases, náuseas, pérdida de peso o apetito.
Por otro lado, la disbiosis intestinal o desequilibrio de la microbiota, es el origen más popular entre mis
pacientes, aunque el SIBO también puede ser el resultado de una mala alimentación, hipoclorhidria o
emociones mal gestionadas en el tiempo.
La primera consulta con mis pacientes es la más importante de todas, porque en ella obtenemos una
ruta que seguir juntos para, en primer lugar, confirmar si la persona padece o no un SIBO y, a partir de
ahí, ponernos manos la obra para eliminarlo, mejorar su calidad de vida y, sobre todo, entender cada
paso del proceso para evitar volver al origen.
A menudo me encuentro con pacientes desesperados, porque les han diagnosticado de Síndrome de
Colon Irritable o de Enfermedad de Crohn, pero nada de eso les convencía. En consulta se sienten
escuchados y, cuando les explico el motivo por el que les diagnostico SIBO, se sienten aliviados porque
después de mucho tiempo entienden lo que les pasa.
El dolor abdominal puede presentarse acompañado de diversos síntomas que pueden ayudar a
identificar el origen de este malestar. A continuación, enumero algunos de los síntomas relacionados más comunes:
Una de las manifestaciones más frecuentes del dolor abdominal es el malestar estomacal, que se
caracteriza por una sensación de incomodidad en la zona del estómago. Además, algunas personas
pueden experimentar una sensación de ardor en la boca del estómago, que nos puede indicar un principio de gastritis o reflujo gastroesofágico.
Otro síntoma relacionado con el dolor abdominal es la acumulación de gases y la distensión abdominal. Sin duda, los protagonistas de muchas de mis consultas (motivos por los que acuden a mí). Esta sensación de hinchazón puede ser causada por diversos factores, por lo que hay que estudiar cada historia clínica en profundidad: intolerancia a ciertos alimentos, SIBO, estreñimiento o el síndrome del intestino irritable.
En casos más graves, el dolor abdominal puede ir acompañado de otros síntomas como la diarrea, los
vómitos persistentes y la presencia de sangre en las heces. Por favor, lo de «seguro que mañana se me pasa, o lo dejo para mañana» no vale en estas situaciones.
Estos síntomas suelen indicar la presencia de infecciones gastrointestinales, enfermedades inflamatorias del intestino o incluso problemas más graves como el cáncer de colon. Ante la aparición de estos síntomas, es importante buscar atención médica especializada de manera inmediata para recibir el diagnóstico y tratamiento adecuados. «Más vale prevenir que curar», hazme caso.
En casos de dolor abdominal grave o persistente, es importante buscar atención médica para obtener
un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado según el historial clínico de cada paciente.
Esto puede incluir la administración de antibióticos para tratar infecciones o incluso cirugía en algunos casos, como en el caso de apendicitis aguda o cálculos biliares.
La mayoría de los pacientes que acuden a mi consulta con dolor abdominal o distensión, es debido a un sobrecrecimiento bacteriano o un desequilibrio de la microbiota intestinal. En ambos casos, como profesional siempre intento optar por antibióticos naturales, probióticos, cambios en el estilo de vida… siempre respaldado por analíticas y pruebas que verifican la eficacia del proceso.
Sin embargo, esto no significa que cada caso tenga que seguir este camino. Estudiar cada sintomatología, su intensidad, frecuencia y otros factores como el estilo de vida, antecedentes o la historia médica serán siempre los pilares de mi filosofía de trabajo.
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Estaré encantado de poder ayudarte a resolver tus dudas y revisar exhaustivamente cualquier síntoma y/o patología que estés sufriendo.
