Aunque la distensión abdominal sea el síntoma principal de las personas que sufren SIBO, no todo el mundo que la padece es diagnosticado con Sobrecrecimiento bacteriano. ¿Quieres saber qué otros síntomas son los más comunes? ¡Sigue leyendo!
En primer lugar, quiero recordar que la única forma de conocer si verdaderamente las sospechas que tienes de padecer SIBO son reales, es llevando a cabo una prueba de aire espirado o cultivo intestinal.
Una vez obtenemos los resultados, hay que acudir a un profesional con conocimientos y formación en la materia para que pueda interpretar los resultados e indicar qué plan de tratamiento es el más adecuado para ti.
Cuáles son los síntomas principales de las personas con SIBO
La mayoría de los pacientes que deciden ponerse en contacto conmigo para tratar el SIBO, es porque llevan mucho tiempo con distensión abdominal sin entender el motivo.
En algunos casos, refieren llevar una alimentación saludable y realizar ejercicio con frecuencia, por lo que me contactan sin entender porqué se sienten tan inflamados y con malestar.
Creo conveniente hacer hincapié en que el SIBO corresponde a una colonización microbiana mayor de la habitual en el Intestino Delgado y que profundizar en su origen, es la clave del éxito.
El origen de un SIBO puede ser diverso, no es solo el resultado de una mala alimentación, sino que a menudo es debido a una Disbiosis Intestinal o desequilibrio de la microbiota intestinal. En otro artículo explicaré más en profundidad los orígenes del SIBO.
La distensión abdominal, el principal síntoma de las personas con SIBO
A continuación, voy a darte algunos tips para que entiendas porqué se produce una inflamación en el intestino cuando existe un SIBO. El poder del exceso de bacterias que crecen en el intestino delgado puede llegar a niveles demasiado elevados, por lo que es fundamental localizarlo, controlarlo y erradicarlo.
Como se puede aplicar en diferentes partes de la vida, “los excesos nunca son buenos”.
El exceso de bacterias afecta y produce una mala absorción de nutrientes en el intestino delgado, que conduce a una fermentación patológica de los nutrientes y, por tanto, a la producción de un exceso de gases e hinchazón.
Asimismo, esta fermentación produce una alteración en la permeabilidad intestinal, inflamación y/o activación inmunológica.
Por otro lado, la disfunción motora intestinal también puede verse afectada y, que las bacterias que llegan normalmente al colón por los movimientos peristálticos, no logren alcanzar su destino y se multipliquen en el lugar equivocado (intestino delgado).
A nivel científico: se considera estreñimiento cuando una persona no evacúa al menos 3 veces por semana
Aunque, personalmente, como médico especialista en microbiota considero que una personan presenta estreñimiento cuando:
- Cuando no evacúa al menos durante 2 días.
- Cuando el paciente presenta sensación de evacuación incompleta.
- Cuando el paciente acude casi todos los días a evacuar, pero defecando heces tipo 1 según la escala de Bristol. (a las que yo llamo tipo cabra)
A lo largo de los artículos (y siempre en consulta), verás cómo resalto la importancia que tiene la microbiota intestinal para el correcto funcionamiento del resto del organismo.
Como he mencionado en el apartado anterior, el sobrecrecimiento bacteriano puede afectar de diferentes formas al organismo, provocando distensión abdominal, estreñimiento, dolor abdominal, náuseas, gases…
La motilidad intestinal alterada que tenía como respuesta una inflamación intestinal, también es considerada el motivo por el que un paciente puede desarrollar estreñimiento.
Los movimientos peristálticos que propulsan las bacterias y nutrientes hacia el intestino grueso, si no llevan a cabo su función correctamente, no pueden facilitar la evacuación, el tránsito de alimentos y heces se ralentiza y tiene como resultado el estreñimiento.
También hacía referencia al aumento de gases como resultado de la fermentación patológica de nutrientes, que dificultan el tránsito de las heces a través del intestino y su evacuación.
Las bacterias del SIBO pueden consumir algunos nutrientes y dificultar su absorción adecuada en el intestino delgado. Esto puede llevar a una disminución en la cantidad de nutrientes y agua que llegan al colon, lo que afecta la consistencia y el volumen de las heces y puede contribuir al estreñimiento.