Como profesional, lo que busco siempre con los artículos es que la información te pueda servir en tu día a día. Hoy creo que tocamos un tema que es fundamental conocer, para poder prevenir y fijarnos en los pequeños detalles.
Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que pueden alterar el sistema hormonal humano. ¿Y qué es una hormona? Podríamos decir que es la mayor y más importante red de mensajeros del mundo, eso sí, de mensajes químicos.
Estas sustancias se encuentran en diversos productos cotidianos como alimentos, pesticidas y plásticos. Lo más grave es que la exposición a disruptores endocrinos puede provocar enfermedades relacionadas con la salud reproductiva, trastornos metabólicos y problemas neurológicos.
Según el “Una revisión sobre los disruptores endocrinos y su posible impacto sobre la salud de los humanos” (Manuel Pombo Arias, Lidia Castro-Feijóo, Jesús Barreiro Conde, Paloma Cabanas Rodríguez, 2020) y de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, un disruptor endocrino (DE) se trataría de “un agente que interfiere con la síntesis, secreción, transporte, unión o eliminación de hormonas naturales presentes en el organismo que son responsables del mantenimiento de la homeostasis, la reproducción, el desarrollo y/o el comportamiento.
Su característica principal es la capacidad de imitar o bloquear las hormonas naturales del organismo, lo que provoca efectos adversos en la salud.
Me animé a escribir sobre este tema porque estas sustancias pueden encontrarse en diversos productos de consumo diario como alimentos, pesticidas, productos de higiene personal, materiales de construcción y plásticos… y no somos conscientes de ello.
En pocas palabras, los disruptores endocrinos son malos. Estas sustancias pueden llegar a engañar a los receptores hormonales, desencadenando respuestas incorrectas. Además, también pueden bloquear las acciones de las hormonas naturales, impidiendo así que éstas se unan a sus receptores.
Estos mecanismos pueden provocar una serie de problemas de salud, como trastornos reproductivos, alteraciones del desarrollo, problemas neurológicos y enfermedades metabólicas.
Para poder poner solución, es importante que conozcamos los tipos de disruptores endocrinos. La información es poder, querido lector.
Existen diferentes tipos de disruptores endocrinos que se clasifican según su origen y estructura química. Tampoco quiero darte ahora una clase de química, pero sí me parece importante tener nociones básicas de los principales tipos:
Las dioxinas y furanos son compuestos químicos que se generan como subproductos en procesos industriales, como la combustión y la fabricación de ciertos productos químicos. Estas sustancias pueden acumularse en el tejido adiposo de los organismos vivos.
Las principales fuentes de exposición son:
¿Qué efecto pueden tener sobre nuestra salud?
Las dioxinas y furanos pueden causar disfunciones inmunológicas y reproductivas, y han sido relacionadas con varios tipos de cáncer.
Los bifenilos policlorados (PCB) son sustancias químicas sintéticas utilizadas en la industria eléctrica, principalmente como aislantes en transformadores y condensadores. Aunque su producción está prohibida en muchos países, aún se encuentran presentes en el medio ambiente debido a su persistencia.
Las fuentes comunes de exposición a PCB incluyen:
Los PCB pueden afectar el sistema inmunológico y reproductivo, causar alteraciones en el desarrollo neurológico y aumentar el riesgo de cáncer.
El bisfenol A (BPA) es uno de los miembros más conocidos de esta categoría. Se utiliza en la fabricación de plásticos y resinas, y es frecuente en envases de alimentos y bebidas.
Se recomienda evitar la exposición a bisfenoles mediante:
El BPA puede provocar alteraciones endocrinas, con posibles consecuencias sobre la salud reproductiva y el desarrollo cerebral.
Los ftalatos son compuestos químicos usados principalmente como plastificadores para aumentar la flexibilidad de plásticos como el PVC. Están presentes en objetos de uso diario como juguetes, envases de alimentos y productos de higiene personal.
¿Cómo reducir la exposición a ftalatos?
Los ftalatos pueden interferir con el sistema endocrino y se ha demostrado su impacto negativo en la fertilidad y el desarrollo del sistema reproductivo.
Los pesticidas y herbicidas son sustancias químicas utilizadas en la agricultura para el control de plagas y malas hierbas. Algunos de estos compuestos pueden actuar como disruptores endocrinos.
Las principales vías de exposición son:
Entre los posibles efectos en la salud se encuentran trastornos endocrinos, problemas neurológicos y aumento del riesgo de cáncer.
Algunos metales pesados, como el plomo, el mercurio y el cadmio, pueden tener propiedades disruptoras endocrinas. Estos metales pueden acumularse en el organismo y permanecer durante largos periodos de tiempo.
Las fuentes comunes de exposición incluyen:
Los metales pesados pueden ocasionar una amplia gama de problemas de salud, como daños neurológicos, alteraciones en el desarrollo infantil y disfunciones endocrinas.
Atento porque más adelante publicaré dos artículos sobre los metales pesados.
Los disruptores endocrinos están presentes en numerosos productos y situaciones de la vida cotidiana, desde alimentos, productos de higiene personal e incluso los juguetes de los más pequeños de la casa.
En el punto anterior has podido leer algunas de las principales fuentes, pero ahora las unificamos para que tengas un acceso más rápido a esta información:
La alimentación es una de las principales vías de exposición a disruptores endocrinos. Estos pueden encontrarse en:
Muchos productos de higiene y cosmética contienen sustancias que actúan como disruptores endocrinos.
Algunos materiales de construcción y decoración pueden liberar disruptores endocrinos, tales como:
Los productos plásticos son una fuente significativa de exposición a disruptores endocrinos. Entre los más conocidos están:
Muchos productos de limpieza y ambientadores contienen sustancias que pueden actuar como disruptores endocrinos, específicamente:
Algunas prendas y textiles contienen tratamientos químicos que pueden liberar disruptores endocrinos. Entre estos se incluyen:
Muchos juguetes para niños contienen disruptores endocrinos, especialmente aquellos fabricados con materiales plásticos. Algunas fuentes son:
Ya hemos visto que los disruptores endocrinos pueden causar diversos problemas de salud al alterar el sistema hormonal, pero es hora de profundizar un poco en las principales consecuencias que tienen para nuestro organismo.
La exposición a disruptores endocrinos está vinculada con la reducción de la fertilidad tanto en hombres como en mujeres. Puede provocar alteraciones en la producción de esperma, afectar la calidad de los óvulos y causar desequilibrios hormonales que dificultan la concepción.
Las mujeres embarazadas expuestas a estas sustancias corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones como abortos espontáneos, partos prematuros y bajo peso al nacer. Además, pueden interferir en el desarrollo fetal, afectando el crecimiento y la salud del bebé a largo plazo.
Los disruptores endocrinos están asociados con el desarrollo de trastornos metabólicos como la obesidad y la diabetes tipo 2. Interfieren con la regulación del metabolismo y la función de las células grasas, lo que puede llevar al aumento de peso y a una mayor resistencia a la insulina.
Los disruptores endocrinos pueden interferir en el desarrollo cerebral de los fetos y niños, causando problemas de aprendizaje, déficit de atención, hiperactividad y otros trastornos del desarrollo neurológico.
Existen pruebas que relacionan la exposición prolongada a estas sustancias con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Además, los disruptores endocrinos pueden inducir daños neuronales y estrés oxidativo, contribuyendo a la degeneración del sistema nervioso.
La tiroides produce dos hormonas principalmente: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Por este motivo, es particularmente susceptible a los disruptores endocrinos, lo que puede llevar a disfunciones como el hipotiroidismo e hipertiroidismo. Estos trastornos afectan significativamente el metabolismo, el crecimiento y la energía del cuerpo, y pueden tener graves consecuencias si no se tratan adecuadamente.
Los disruptores endocrinos pueden contribuir al desarrollo de hipertensión, aterosclerosis, y dislipidemia. Estas condiciones aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares graves como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
En esta sección, se presentan listas y referencias oficiales relacionadas con los disruptores endocrinos, incluyendo información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades relevantes.
La Organización Mundial de la Salud ha identificado una serie de sustancias químicas que son reconocidas como disruptores endocrinos y han sido estudiadas por su capacidad para interferir con el sistema hormonal y potencialmente provocar efectos adversos en la salud humana y el medio ambiente.
Entre las sustancias reconocidas por la OMS como disruptores endocrinos se incluyen:
Una vez tenemos toda la información, tendremos que ponernos manos a la obra para poner soluciones, ¿no crees?
Mi intención con este artículo no es asustar a nadie. A veces no somos conscientes de que lo que nos rodea, también nos puede hacer daño si no estamos atentos y nos fijamos en ciertas particularidades de las cosas.
Por muy pequeña que sea la exposición, no te confíes, porque las pequeñas dosis de disruptores endocrinos pueden acumularse o puede haber periodos críticos de desarrollo en los que las consecuencias brotan con mayor intensidad.
Hace unos años era inimaginable que alguien leyera la etiqueta de un champú buscando Ftalatos, y ahora, cada vez somos más los que cuidamos estos detalles.
¿Sabías que….
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En 1938, el médico y científico británico, Edward Charles Dodds, descubrió un compuesto que actuaba igual que un estrógeno natural, conocido como dietilestilbestrol (DES).
Sin tener mucho conocimiento sobre él, se utilizó en mujeres embarazadas pensando que los bebés nacerían más fuertes. Sin embargo, alrededor de 8.000 bebés nacieron con graves deformidades en 46 países antes de su retirada del mercado.
“Una revisión sobre los disruptores endocrinos y su posible impacto sobre la salud de los humanos” (Manuel Pombo Arias, Lidia Castro-Feijóo, Jesús Barreiro Conde, Paloma Cabanas Rodríguez, 2020)
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