La microbiota intestinal juega un papel fundamental en la salud general del cuerpo. Su desequilibrio puede dar lugar a diversas enfermedades como infecciones gastrointestinales, alergias, obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades autoinmunes, síndrome de intestino irritable, depresión y ansiedad. También está relacionada con otras patologías como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad celíaca, el síndrome de intestino irritable…
Es impresionante cómo algo tan pequeño (de media tiene un peso de 2kg) puede gestionar un sinfín de funciones y, si nuestra microbiota no está bien, llegue a afectar de tal manera a nuestro organismo.
Los avances en el estudio de la microbiota nos han ayudado a comprender mejor su influencia en la salud y a desarrollar estrategias para mantenerla equilibrada.
Test de microbiota intestinal: ¿Cómo evaluar la salud de tu intestino?
El test de microbiota intestinal es una herramienta que analiza las bacterias presentes en tu intestino para evaluar su equilibrio y funcionalidad (además de hongos, parásitos y levaduras). ¿Lo mejor de todo? Tan solo es necesaria una muestra de heces. Los resultados de este test pueden ayudar a detectar posibles desequilibrios en la microbiota intestinal y orientar el tratamiento adecuado. Es muy importante que sea un profesional quien interprete los resultados.
Medicamentos para restaurar la flora intestinal dañada
En caso de un desequilibrio en la microbiota intestinal, también llamado disbiosis intestinal, es posible que se requiera el uso de medicamentos para recuperar su composición óptima.
Los probióticos y prebióticos son ejemplos de estos medicamentos, que ayudan a promover el crecimiento de bacterias beneficiosas y mejorar la salud intestinal. Mis pacientes ya conocen mi debilidad por estos suplementos, ya que creo firmemente en sus beneficios.
Cómo mejorar la microbiota intestinal: Alimentación y estilo de vida saludables
Nada más empezar este artículo he remarcado lo importante que es cuidar de nuestra microbiota intestinal por la gran influencia que tiene en nuestro bienestar. Y es más sencillo de lo que crees.
Una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable son clave. Consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales, favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino. De esta forma, la balanza está a nuestro favor.
Además, es importante evitar el consumo excesivo de alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares refinados.
Pero no es solo importante la alimentación. El cuidado del estrés y la práctica regular de ejercicio también contribuyen a un equilibrio adecuado de la microbiota intestinal.
Relación entre la microbiota intestinal y enfermedades específicas
Enfermedades autoinmunes y la influencia de la microbiota intestinal
La composición de la microbiota puede influir en la regulación del sistema inmunológico y ser determinante en la aparición y progresión de enfermedades autoinmunes, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico. Si quieres saber más en profundidad, te recomiendo el artículo «Relación de la microbiota intestinal con enfermedades autoinmunes» (Jackie Patricia Martínez Peláez, Bryam Paul Ormaza Garate, Karina Fernanda Pucha Aguinsaca. 2023).
Mantener el equilibrio de la microbiota intestinal a través de probióticos, prebióticos y dieta puede ser una estrategia prometedora para el manejo de las enfermedades autoinmunes.
Enfermedad inflamatoria intestinal
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) afecta directamente al tracto gastrointestinal, manifestándose a través de una inflamación y daño a la mucosa intestinal.
Las dos variantes más comunes de la EII incluyen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Después de toda la información que estamos recabando sobre la microbiota intestinal, no te sorprenderá leer que también juega un papel crucial tanto en el desarrollo como en la evolución de la EII.
A día de hoy se conoce que en individuos afectados por la EII, se la microbiota intestinal es diferente de aquellos libres de la afección, notándose un protagonismo de ciertas cepas bacterianas. Además, se ha identificado que la disbiosis intestinal tiene mucho que ver en el origen de la EII.
Lupus eritematoso sistema
El lupus eritematoso sistémico afecta principalmente al género femenino con predisposiciones hereditarias o genéticas, donde elementos como las hormonas, la microbiota intestinal y los agentes externos del entorno desempeñan roles cruciales en su manifestación.
Investigaciones actuales establecen un vínculo entre la microbiota intestinal y algunos factores ambientales. Algunos estudios (Manuel Barrera O., Rodrigo Barrera M., Matías de la Rivera V., Javier Vela U., Gustavo Mönckeberg F., 2017) recientes relacionan la flora intestinal con la progresión y gravedad de la enfermedad.
Artritis reumatoide
La artritis reumatoide emerge como una afección del sistema inmunitario caracterizada por una inflamación sistemática profunda. Sus principales manifestaciones son un intenso dolor y edema en las articulaciones (hinchazón que se crea por un abundante volumen de líquido en los tejidos), junto con deterioro del tejido sinovial (recubrimiento de las articulaciones móviles).
Te podrás imaginar cómo afecta esta situación al individuo que la padece, que se siente limitado en muchos aspectos de su día a día.
Estudios recientes han examinado los anticuerpos anti-proteínas citrulinadas detectados en individuos diagnosticados con artritis reumatoide, identificando anticuerpos de inmunoglobina citrulinados mucho antes de la manifestación sintomática de la enfermedad.
Este descubrimiento revela que la artritis reumatoide podría originarse en las mucosas intestinales y orales, donde la respuesta positiva a tratamientos antibacterianos corrobora la suposición de un vínculo intrínseco entre la microbiota intestinal y esta patología.
Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple se manifiesta cuando hay una reacción notable de microorganismos como una afección inflamatoria de carácter autoinmune que daña la mielina (protección de los nervios), incidiendo gravemente en el sistema nervioso central. Este proceso puede provocar la muerte de la neurona.
Individuos afectados por esta dolencia experimentan un abanico de síntomas que abarcan desde una disminución palpable de la sensibilidad y control motriz, hasta una pérdida cognitiva significativa, impactando directamente en la memoria y culminando en una discapacidad crónica.
Investigaciones recientes sugieren una alteración de la microbiota intestinal, caracterizada por un gran contraste: mientras microorganismos como lactobacilus, parabacteroides, prevotellas y bacteroides disminuyen notablemente, otros como Bifidobacterium Ruminococcus y Akkermansia incrementan su presencia.
Microbiota intestinal y obesidad: ¿Existe una conexión?
La microbiota intestinal juega un papel crucial en la regulación del metabolismo y la absorción de nutrientes. Diversas investigaciones han revelado que existe una estrecha relación entre la composición de la microbiota y la obesidad. Algunas bacterias intestinales pueden influir en el almacenamiento de grasa, el control del apetito y la regulación de hormonas relacionadas con el peso, por lo que, si existe un desequilibrio, estas funciones se pueden ver afectadas. ¿El resultado? Un posible desarrollo de la obesidad y serias dificultades en su tratamiento.
Diabetes tipo 2 y microbiota intestinal: Lo que debes saber
Se ha demostrado que existe una asociación entre la microbiota intestinal y la diabetes tipo 2. Se ha observado que las personas con esta enfermedad suelen tener una menor diversidad bacteriana en su microbiota. Además, ciertas bacterias intestinales pueden desempeñar un papel en la resistencia a la insulina, uno de los pilares de la diabetes tipo 2. Mantener un equilibrio en la microbiota intestinal a través de una alimentación saludable y el manejo del estrés puede ser beneficioso para prevenir y controlar esta enfermedad.
Síndrome de intestino irritable y disbiosis: ¿Qué relación tienen?
El síndrome de intestino irritable (SII) es una enfermedad caracterizada por trastornos digestivos crónicos, como dolor abdominal, distensión y alteraciones en el ritmo intestinal. Se ha observado que existe una asociación entre la disbiosis, un desequilibrio en la microbiota intestinal, y el desarrollo del SII. La composición bacteriana alterada en el intestino puede contribuir a la inflamación y la hipersensibilidad intestinal que se observa en esta enfermedad. El manejo del SII puede incluir medidas dirigidas a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal, como cambios en la alimentación y el uso de probióticos.
Hipotiroidismo de Hashimoto
La enfermedad autoinmune conocida como Hipotiroidismo de Hashimoto se caracteriza por el ataque del sistema inmunológico hacia la glándula tiroides, situada en la base de la garganta, provocando una disminución en la producción de las hormonas tiroideas.
Esta afección es el origen más frecuente de hipotiroidismo, es decir, cuando disminuye la actividad de la glándula tiroides, y afecta en mayor medida a las mujeres.
Alteraciones en la microbiota intestinal y enfermedades gastrointestinales
La microbiota intestinal es la gran protagonista en lo que a salud del sistema gastrointestinal se refiere. Alteraciones en esta comunidad de microorganismos pueden estar relacionadas con diferentes enfermedades gastrointestinales. A continuación, abordaremos algunas de las principales condiciones que pueden surgir debido a un desequilibrio en la microbiota intestinal.
Enfermedad celíaca y microbiota intestinal
La enfermedad celíaca, una enfermedad autoinmune desencadenada por el gluten, también está relacionada con la microbiota intestinal. Las personas con enfermedad celíaca presentan una composición alterada de su microbiota, con una menor diversidad de bacterias beneficiosas. Además, se ha observado que la dieta libre de gluten, necesaria para controlar la enfermedad, también puede afectar la composición de la microbiota intestinal.
Esteatohepatitis no alcohólica y sus vínculos con la microbiota intestinal
La esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) es una enfermedad del hígado caracterizada por la acumulación de grasa y la inflamación, similar a lo que ocurre en la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA). La composición de la microbiota intestinal puede estar asociada con la progresión de esta condición médica. Desequilibrios en la microbiota y cambios en la permeabilidad intestinal pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en el hígado, contribuyendo al desarrollo de la enfermedad.
Gracias a las numerosas personas que han confiado en mí he podido llevar a cabo diferentes tratamientos con éxito. Si tienes alguna de estas enfermedades o patologías estaré encantado de ayudarte. No dudes en contactar conmigo.