Como he explicado en el artículo anterior, la dieta baja en FODMAP reduce la fermentación y la producción de gas en el intestino, mejorando los síntomas de dolor abdominal, distensión, gas y diarrea y, por tanto, la calidad de vida. Todos estamos de acuerdo en que menos molestias equivalen a un mayor disfrute de las pequeñas cosas del día a día.
Otro aspecto que me gusta mucho de esta dieta es que sirve para aprender a conocer nuestro organismo. No es una dieta que se pueda seguir durante un periodo muy largo, pero sí que te indica qué alimento te sienta bien y cuáles no.
Aprender comiendo mientras notas cómo el malestar desaparece, ¿qué puede haber mejor?
El síndrome de intestino irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal crónico y seguro que has leído o has oído sobre él, ya que afecta a una gran parte de la población mundial. Sus principales síntomas son el dolor abdominal, distensión, gas y diarrea. ¿Te suenan de algo? Efectivamente, acabamos de mencionarlos para explicar cómo la dieta FODMAP era una gran solución para erradicarlos.
La dieta FODMAP se basa en la restricción de ciertos tipos de carbohidratos fermentables de cadena corta, que se encuentran en algunos alimentos presentes en tu día a día como trigo, cebolla, legumbres, lácteos, frutas y edulcorantes artificiales. Por este motivo, el cambio puede costarte un poco al principio, pero su eficacia merece la pena. Trust the process!
Al eliminar estos alimentos de la dieta, se reduce la fermentación y la producción de gas en el intestino, lo que puede aliviar los síntomas gastrointestinales que he mencionado antes, asociados con el SII.
La dieta FODMAP es una HERRAMIENTA de aprendizaje alimentario y no se debe convertir en tu dieta habitual. Es clave que cuentes con el apoyo de un profesional de la salud, para que lleve a cabo un seguimiento y se asegure de que obtienes los nutrientes necesarios en tu día a día. No queremos aliviar unos síntomas, pero provocar otros.
Al eliminar los alimentos ricos en FODMAP de la dieta, podríamos decir que liberamos al intestino de una carga fermentativa, lo que puede contribuir a una mejora en la función intestinal.
Como siempre, vamos a visualizarlo: cuando comienzas una caminata por el monte, seguro que andas más rápido y mejor con tu mochila, que si de repente todos tus compañeros te cargan con las suyas. Y, además, tienes más probabilidades de hacerte daño o caerte. En el intestino ocurre lo mismo; si le damos muchos alimentos fermentables (mochilas), le hacemos daño y encima no le dejamos cumplir sus funciones.
La dieta baja en FODMAP ha demostrado generar cambios en la flora intestinal, ese conjunto de microorganismos del que hemos hablado en artículos anteriores y que ya sabes lo importante que es para el resto del organismo.
Si restringimos algunos tipos de carbohidratos fermentables de cadena corta (FODMAP), nuestra microbiota intestinal encuentra más fácilmente un equilibrio en el número y reproducción de bacterias. ¿Por qué? Porque el alimento favorito de las bacterias intestinales son este tipo de nutrientes y, además, al tener menos inflamado el intestino, fomentamos el crecimiento de las bacterias buenas.
¡Todo beneficios!
Es importante destacar que la dieta baja en FODMAP es una dieta de eliminación que se utiliza para identificar qué alimentos desencadenan los síntomas en cada persona. Después de una fase inicial de eliminación, se introduce gradualmente los alimentos uno a uno para identificar cuáles son los que provocan síntomas en cada individuo. Como ves, es un proceso que no va a tener un efecto inmediato, sino que te va a servir como aprendizaje para toda tu vida.
El manejo de los síntomas del SII a través de la dieta baja en FODMAP se basa en la individualización y personalización de la alimentación. Cada persona puede tener diferentes desencadenantes, por lo que es fundamental trabajar con un profesional de la salud, como un dietista-nutricionista, para seguir adecuadamente la dieta baja en FODMAP y asegurarse de obtener los nutrientes necesarios. De esta forma conseguirás mejorar tu calidad de vida y, sobre todo, conociendo tu organismo y sin generarte angustias innecesarias.
El organismo está interconectado entre sí, los órganos, los tejidos, los huesos, las células… y también las emociones.
En otras ocasiones he reconocido que considero que el intestino gobierna gran parte de nuestro cuerpo. Y cada día lo tengo más claro.
Una persona con hábitos saludables (dieta equilibrada, ejercicio físico, ambiente tranquilo…) siempre va a ser mejor candidato para sentirse bien, que una persona que no los tenga (aunque ya hemos visto que no siempre es así, y que en Medicina 1+1 no son siempre 2).
Imagínate que te sientes inflamado, con dolor abdominal y con gases, no sabes qué alimentos te sientan bien y cuáles no, has probado de todo (sin constancia y sin el seguimiento de un profesional), y sigues sintiéndote mal… te puedo asegurar que el estrés y la ansiedad van a acabar sumándose a esa situación de malestar.
Sin embargo, si un profesional de la salud te recomienda seguir durante unas semanas la dieta FODMAP, notas cómo los síntomas gastrointestinales se alivian, conoces qué alimentos pueden formar parte de tu dieta diaria y cuáles no, y puedes disfrutar de pequeñas cosas que antes no podías… ¡tus emociones cambian por completo y te sientes mejor!
Sentir que tienes el control sobre cómo te encuentras porque conoces tu organismo, es una de las mejores sensaciones del mundo.
Si necesitas mas ayuda o quieres agendar una cita conmigo no dudes en ponerte en contacto 😊
CONTACTAR CON EL DR. FONTANALS
Estaré encantado de poder ayudarte a resolver tus dudas y revisar exhaustivamente cualquier síntoma y/o patología que estés sufriendo.
