Entrenar en ayunas es una práctica que está ganando popularidad. Consiste en realizar ejercicios físicos sin haber ingerido alimentos previamente, aprovechando los beneficios del ayuno. En este artículo exploraremos cómo el ejercicio en ayunas puede mejorar la flexibilidad metabólica, la sensibilidad a la insulina y disminuir la inflamación.
Existen diferentes tipos de ayunos y su impacto en el organismo varía según la duración y la intensidad del ejercicio.
Según el artículo “Beneficios metabólicos de realizar ejercicio en estado de ayuno” (Astrid von Oetinger G, Luz María Trujillo G, 2015), “La evidencia analizada respalda los beneficios de realizar ejercicio aeróbico de intensidad moderada a intensa en condición de ayuno, esto por distintos factores hormonales, enzimáticos y fisiológicos que resultan en una mayor oxidación de lípidos. Además de esto la evidencia respalda que la realización de actividad física en estado de supresión de carbohidratos favorece la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina, fundamental para pacientes que tienen síndrome metabólico”.
Tipos de ayuno
Las tipologías más comunes de ayuno son el ayuno intermitente y el ayuno prolongado.
Ayuno intermitente y ejercicio
El ayuno intermitente es una práctica que alterna periodos de ingesta de alimentos con periodos de ayuno. Los formatos más habituales son el 16/8, donde se ayuna durante 16 horas y se come en una ventana de 8 horas, y el 5:2, donde se come normalmente durante cinco días a la semana y se reduce significativamente la ingesta calórica los otros dos días.
Este tipo de ayuno se puede complementar perfectamente con el ejercicio, dado que los tiempos de ayuno no son tan prolongados, permitiendo al cuerpo adaptarse y aprovechar mejor las reservas de energía durante la actividad física.
Ayuno prolongado y actividad física
El ayuno prolongado se caracteriza por una abstención total de alimentos durante más de 24 horas. Aunque es una práctica menos común y puede ser más exigente, puede realizarse con la supervisión adecuada.
Sin embargo, ejecutar actividad física durante un ayuno prolongado puede ser más desafiante, dado que el cuerpo tiene menos reservas de energía disponibles. Esto puede conllevar a una mayor demanda de adaptación metabólica.
Beneficios del ejercicio en ayunas
El estado de ayuno tiene diversos efectos en el organismo, especialmente durante la práctica de ejercicio. Estos efectos pueden ser beneficiosos siempre y cuando se manejen adecuadamente.
- Incremento de la movilización y oxidación de las grasas, utilizando las reservas de energía de manera más eficiente.
- Mejora la sensibilidad a la insulina, facilitando una mejor gestión de los niveles de glucosa en sangre.
- Potencial reducción de la inflamación sistémica, optimizando el estado general de salud.
Es fundamental comprender cómo reacciona el cuerpo para evitar consecuencias negativas y maximizar los beneficios de entrenar en ayunas.
¿Quieres conocer más sobre los beneficios del entrenamiento en ayunas? ¡Sigue leyendo!
Mejora de la flexibilidad metabólica
La movilización de grasas como fuente de energía
Cuando entrenamos en ayunas, el cuerpo recurre a las reservas de grasa como principal fuente de energía. Este proceso de lipólisis es esencial para mejorar la flexibilidad metabólica.
Incremento de la quema de grasas
El ejercicio en ayunas puede aumentar la tasa de quema de grasas, ayudando así en el control del peso y en la mejora de la composición corporal. Esta práctica favorece la oxidación de grasas, optimizando el uso de las reservas energéticas del cuerpo. ¡Todo beneficios!
Sensibilidad a la insulina y control de glucosa
Impacto en los niveles de glucosa en sangre
Entrenar sin haber comido ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que permite controlar mejor los niveles de glucosa en sangre.
Un mejor control glucémico es fundamental para prevenir picos de azúcar y mantener niveles estables de energía a lo largo del día.
Prevención de enfermedades metabólicas
La práctica regular de ejercicio en ayunas puede contribuir a la prevención de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2. Esto se debe a la mejora en la respuesta del cuerpo a la insulina y a una gestión más eficiente de la glucosa.
Generación de mitocondrias
El ejercicio en ayunas puede estimular la producción de nuevas mitocondrias en las células musculares. Estas mitocondrias son responsables de la producción de energía en el cuerpo, lo que mejora la capacidad de almacenamiento de glucógeno muscular y proporciona una mayor resistencia durante el ejercicio.
Disminución de la inflamación
Efectos antiinflamatorios del ejercicio en ayunas
El ayuno, combinado con el ejercicio, tiene efectos antiinflamatorios, que ayuda a reducir las concentraciones de biomarcadores de inflamación en el cuerpo.
Beneficios para enfermedades inflamatorias
La reducción de la inflamación tiene beneficios significativos para aquellas personas que padecen enfermedades crónicas inflamatorias como la artritis. El entrenamiento en ayunas puede disminuir la actividad inflamatoria, mejorando así la calidad de vida de quienes sufren estos trastornos.
Entrenar en ayunas para ganar masa muscular
Entrenar en ayunas no solo es útil para perder peso, sino que también puede aprovecharse para ganar masa muscular si se implementan las estrategias adecuadas.
Mitos y realidades
Existe una idea generalizada de que entrenar en ayunas impide el aumento de masa muscular. Este mito proviene de la creencia de que el cuerpo, al estar sin alimentos, no tiene suficientes nutrientes para construir músculo. Sin embargo, estudios recientes demuestran que, con una planificación adecuada, es posible ganar masa muscular incluso entrenando en ayunas.
La clave radica en la correcta periodización del entrenamiento y la nutrición, incluyendo la ingesta de proteínas y carbohidratos en los momentos adecuados del día.
Estrategias de alimentación para aumentar masa muscular en ayunas
Importancia de las reservas de glucógeno muscular
Las reservas de glucógeno son cruciales para el rendimiento durante el entrenamiento. Mantener unos niveles adecuados de glucógeno muscular ayuda a sostener la intensidad del ejercicio, lo cual es muy importante para la hipertrofia muscular.
Consumir carbohidratos de alta calidad en la última comida antes del ayuno garantiza que tengas suficientes reservas de glucógeno para un entrenamiento de alta intensidad.
Cuándo y qué alimentos ingerir
- Antes del ayuno: Consumir una comida rica en proteínas y carbohidratos complejos.
- Inmediatamente después del entrenamiento: Optar por una comida que incluya proteínas de rápida absorción como el suero de leche, junto a carbohidratos para reponer el glucógeno.
- Durante el día: Distribuir la ingesta de proteínas y carbohidratos a lo largo de todas las comidas para asegurar un aporte constante de nutrientes.
Ejercicios recomendados
Rutinas de alta intensidad
Las rutinas de alta intensidad, como el entrenamiento por intervalos (HIIT), son efectivas para maximizar la quema de grasa y el uso de energía durante el estado de ayuno. Estos ejercicios también promueven la liberación de hormonas como la testosterona y la hormona de crecimiento, que ayudan en el desarrollo muscular.
Una sesión HIIT típica podría incluir sprints, burpees y saltos pliométricos, realizados en intervalos cortos y con descansos mínimos.
Entrenamiento con pesas
El entrenamiento con pesas es indispensable para aumentar la masa muscular. Realizar ejercicios de fuerza como sentadillas, peso muerto y press banca contribuye significativamente a la fuerza y la hipertrofia muscular.
Es recomendable iniciar con pesos moderados y aumentar progresivamente, prestando atención a la forma y técnica para evitar lesiones.
Riesgos y limitaciones del entrenamiento en ayunas
El entrenamiento en ayunas puede ofrecer varios beneficios, pero es importante ser consciente de los posibles riesgos y limitaciones asociados a esta práctica.
Posibles efectos secundarios
Fatiga y mareos
Uno de los efectos secundarios más comunes al entrenar en ayunas es la fatiga. Al realizar ejercicio sin haber comido previamente, el cuerpo puede no contar con la energía necesaria, lo que provoca una sensación de agotamiento. Además, la falta de alimento puede llevar a mareos o vértigos, lo que puede aumentar el riesgo de accidentes o lesiones durante el entrenamiento.
De todas formas, no te asustes y que esto no te impida comenzar tu plan de entrenamiento, ya que si llevas a cabo una preparación y un seguimiento, no vas a tener problema y vas a notar una gran diferencia.
Cómo adaptarse a entrenar en ayunas
Proceso de adaptación del organismo
Entrenar en ayunas no es una práctica que se recomienda empezar de manera repentina. El cuerpo necesita tiempo para adaptarse a la nueva modalidad de entrenamiento y de alimentación. Con el tiempo, el cuerpo aprenderá a utilizar las reservas de grasa como fuente de energía, mejorando la experiencia y los resultados del entrenamiento.
Consejos para minimizar riesgos
- Comenzar gradualmente: Introducir el entrenamiento en ayunas de manera progresiva, empezando con ejercicios de baja intensidad y aumentando la duración y la intensidad a medida que el cuerpo se acostumbra.
- Hidratarse adecuadamente: Mantener una correcta hidratación antes, durante y después del entrenamiento para evitar problemas como los mareos y la deshidratación.
- Planificación de la rutina: Optar por ejercicios que sean adecuados para el estado de ayuno y evitar aquellos que requieran un alto aporte energético.
Y recuerda, siempre será más eficaz y seguro llevarlo a cabo con los consejos y seguimiento de un profesional.
Ritmos circadianos y momento del día
La respuesta del cuerpo al ejercicio varía según el momento del día y los ritmos circadianos de cada persona. Pero que no te engañen, no hay una hora mejor que otra. No te obsesiones con esos asuntos.
¿Qué es lo más importante? El compromiso que adquieres contigo mismo: es mejor ir a diferentes horas que no ir por no poder hacerlo siempre a la misma hora. Ten en cuenta que el estilo de vida que tengas y los horarios de trabajo van a influir mucho en tu rutina de entrenamiento.
Opiniones de expertos
Iván Álvarez
Iván Álvarez, triatleta y fundador de Xport Xperience, defiende el entrenamiento en ayunas como una herramienta útil para maximizar la quema de grasa y mejorar la eficiencia energética del cuerpo. Argumenta que al iniciar esta práctica, es crucial hacerlo de manera progresiva para evitar posibles riesgos. Álvarez ha observado en sus propios entrenamientos y en sus clientes notables mejoras en la composición corporal y en el rendimiento a largo plazo.
Para él, la clave reside en escuchar al cuerpo y en no forzar más allá de lo que se puede tolerar. Recalca que es vital personalizar las rutinas de acuerdo con cada individuo.
Soraya Casla
Soraya Casla, doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, apoya la idea de entrenar en ayunas siempre y cuando se haga con precaución. Según Casla, entrenar en ayunas puede favorecer la flexibilidad metabólica y la sensibilidad a la insulina, aspectos esenciales para la salud metabólica.
Casla aconseja empezar por sesiones de menor intensidad y duración, e ir incrementando gradualmente. Además, destaca la importancia de un adecuado seguimiento nutricional y de considerar las particularidades de cada persona, especialmente aquellos con condiciones de salud previas como la diabetes o la hipertensión.
Sabías que….
“La realización de ejercicio aeróbico de intensidad moderada en este ambiente de ayuno favorece la oxidación de lípidos, la disminución de los triglicéridos intramiocelulares, la grasa visceral y del colesterol LDL, en comparación con los beneficios del ejercicio realizado después de comer”. “Beneficios metabólicos de realizar ejercicio en estado de ayuno”
(Astrid von Oetinger G, Luz María Trujillo G, 2015)